Cinco recomendaciones para tramitar una Novación hipotecaria.

Publicado en por Carlos Zuriguel

Realizar una novación hipotecaria es un trámite muy común cuyo objetivo es mejorar las condiciones de una hipoteca sin cambiar de entidad de préstamo. Para que la operación tenga los efectos deseados conviene seguir una serie de recomendaciones.

¿En qué consiste la operación?

En líneas generales, una novación hipotecaria es una modificación de algunos de los aspectos o condiciones de la hipoteca, sin que ello implique un cambio de entidad financiera.

Objeto de la novación

Lógicamente, lo que busca una persona que realiza una novación de su hipoteca es algún tipo de mejora: cambio del tipo de interés, modificaciones en los plazos de amortización, etc., que le permita una situación más ventajosa, o más cómoda, a la hora de hacer frente a los pagos.

Recomendaciones para tramitar una novación

Primera recomendación.: negociar los gastos. Una novación siempre implica gastos. Pero estos pueden ser más o menos grandes en función de la operación concreta a realizar y de la negociación con el banco: comisiones bancarias, gastos de notaría, Registro de la Propiedad y tasación. Consultar con un abogado o experto.

Para negociar correctamente es preciso: informarse lo más posible y pedir consejo a un abogado o experto.

Segunda recomendación: modificar el tipo de interés. En la mayoría de casos, al hacer una novación conviene modificar el tipo de interés, para lograr que salga más bajo.

En estos casos, tan importante es elegir la referencia más ventajosa como eliminar cláusulas negativas, como tipos mínimos. Tercera recomendación: valorar cambiar el plazo.

Salvo que sea muy dificultoso hacer frente a la cuota mensual, incrementar el plazo no siempre es rentable pues, aunque se reduce la letra de cada mes, al final de la vida del crédito se acaban pagando muchos más intereses.

Cuarta recomendación: ampliar el importe de la hipoteca. Muchas novaciones se realizan con el objetivo principal de aumentar el importe de la hipoteca para hacer frente a otros gastos, como la compra de un coche o un automóvil. Puede ser una opción interesante, pues el tipo de interés hipotecario es siempre mucho más bajo que el de un préstamo personal.

Quinta recomendación: plantearse una subrogación. También existe la posibilidad de cambiar la hipoteca a otro banco, lo que se conoce como subrogación. Esta opción suele ser más cara y solo sale rentable para grandes cantidades y siempre que se dé el caso de que la otra entidad mejore sustancialmente el tipo de interés.

Conclusión

La novación hipotecaria es una operación que puede resultar beneficiosa pero, para llevarla a cabo con garantías, es imprescindible informarse y asesorarse convenientemente.

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