¿Qué tipos de deficiencia visual hay?
El concepto de deficiencia visual hace referencia tanto a la pérdida total de visión: ceguera, como a aquellas afecciones de la vista que la limitan o dificultan, sin llegar a la privación completa. A partir de aquí, se han sistematizado diversos tipos de deficiencias visuales.
Causas de la deficiencia visual
Son diversas y vienen determinadas por un defectuoso funcionamiento de algunos de los procesos implicados en la visión, no solo el ojo, o de una lesión.
Enfermedades visuales de origen hereditario.
Miopía degenerativa, albinismo, retinitis pigmentaria, etc.
Enfermedades visuales de origen congénito.
Cataratas, rubeola, atrofia del nervio óptico, etc.
Enfermedades visuales por accidentes.
Cataratas traumáticas, desprendimiento de retina, etc.
Clasificación de las deficiencias visuales
Según el momento de aparición de la disfunción.
Las cegueras o disfunciones visuales pueden ser de nacimiento o adquiridas. Dentro de las adquiridas, se distingue entre las adquiridas de forma temprana o de manera tardía.
Según el grado de deficiencia.
- Ciegos totales. Son las personas que no pueden ver ni una sola imagen ni rastro de luz..
- Ciegos parciales. Estas personas pueden percibir algo de luz y contornos y ciertos matices de color. Pero no llegan a distinguir formas ni figuras.
- Personas de baja visión. Estos discapacitados pueden llegar a ver algo de muy cerca, a unos pocos centímetros.
La importancia de la clasificación
Es muy importante que cada deficiente visual se encuentre integrado en el tipo de deficiencia visual que le pertenece, porque de esta forma podrá recibir las ayudas y apoyos a los que tienen derecho por ley.
Además, de esta forma pueden disfrutar de medios de apoyo adecuados a su disfunción específica, como lo ordenadores y otra tecnología para ciegos.
La educación de los deficientes visuales
En el caso de los niños y adolescentes, la precisión y el conocimiento por parte de los profesores del grado de discapacidad visual de cada alumno es fundamental para poder adaptar correctamente su currículo escolar, consiguiendo así que avance adecuadamente, como cualquier otra persona sin discapacidad.
Solo así podrá enfrentarse al mundo laboral y social en igualdad de condiciones.